El Acuerdo de Carrera Profesional generó desde su activación un sinfín de situaciones que discriminaron a los trabajadores según su categoría profesional y situación contractual, traducidas en un deterioro de la dignidad profesional e importantes diferencias económicas entre profesionales, de todo punto inadmisibles.
Los trabajadores de los SAR somos muy conscientes de formar parte de un grupo minoritario y cuasi invisible a tenor del caso que se hace a nuestras reivindicaciones. No por ello vamos a callar y a permanecer en la sombra cuando se debaten asuntos que nos afectan. Los sufridos, (por olvidados), trabajadores del SAR reclamamos nuestros derechos, así como el reconocimiento de la Carrera Profesional para todos aquellos que cumplan con los requisitos exigidos, sin más excusas y retrasos.
No estamos de acuerdo con el método utilizado, así como con la tomadura de pelo que resulta de una legítima petición de los profesionales. ¿Cuánto tiempo llevamos reivindicando nuestro derecho a un nivel en la carrera profesional, que se nos niega por razones económicas que esgrimen en nuestra cara los políticos actuales y los pasados?
En la actualidad, septiembre de 2017, parece que la maquinaria echa a andar y nos conmina a presentar un extenso dossier con una información sobradamente conocida por la Administración, y de esta forma poder optar a un nivel superior o a un primer nivel de una carrera profesional, claramente merecida.
Desde nuestra posición, dada la conocida eficacia de algunos de nuestros gestores, no podemos evitar sentir una sensación de inseguridad y duda en cuanto a la resolución de un problema que hace años debería estar resuelto.
«A igual trabajo, igual carrera». Es nuestro derecho.